En nuestro Colegio trabajamos, desde las edades más tempranas de Educación Infantil, diferentes potenciales de los alumnos como, por ejemplo, las habilidades sociales mediante juegos dirigidos en los patios del centro.
El juego no está condicionado por el factor estacional, ya que todas las épocas del año invitan al placer de este entretenimiento.
Estas dinámicas están reguladas por objetivos claros, principios y normas básicas.
¿Cuáles son los beneficios que el juego dirigido aporta a los alumnos?
La experiencia del juego libre se amplía con la referencia de un contexto que está regulado por unas orientaciones básicas.
A través de esta experiencia, el alumno interactúa con otros compañeros de la misma e incluso de otras clases que intervienen en estos juegos. Este tipo de entretenimiento pone en valor la importancia del “nosotros”: propicia la interacción, la convivencia, el desarrollo de las habilidades sociales y el encuentro.
El juego dirigido además alimenta la motivación a través del cumplimiento del objetivo final. El proceso está marcado por el aprendizaje vivencial, la superación de los errores, el refuerzo de los aciertos, el perfeccionamiento de habilidades y la práctica de una estrategia.
Este es un juego que se lleva a cabo en un grupo y, por tanto, las emociones agradables están muy presentes durante el desarrollo de toda la actividad. Los participantes ejercitan el compañerismo, cultivan la empatía, alimentan la perseverancia para alcanzar la meta, disfrutan de una ilusión compartida…
Los alumnos manifiestan su autonomía a través del juego libre, pero también lo hacen mediante el refuerzo positivo de un juego dirigido que aporta un entorno seguro para desarrollar las habilidades, las competencias y las destrezas personales.