El pasado 30 de noviembre, después de un aplazamiento por inclemencias temporales, los alumnos de 4º de la ESO, empezamos el día bien abrigados y dispuestos a encontrar alguna seta despistada que, pese al frío, siguiera en pie. Nos acompañaba nuestros tutores y un equipo de monitores especializados.
Cuando llegamos al puerto de Canencia nos encontramos con un regalo de Navidad adelantado: nieve y un día espléndido sin nada de viento. Tomamos un bocadillo de media mañana y hubo unas cuantas batallas de nieve. Antes de comenzar nuestro paseo por la zona umbría de la montaña aprendimos un poco de la geología de la zona. Aprendimos sobre las rocas que componen las montañas y los usos que les damos y sobre cómo, a lo largo de millones de años, ha cambiado el paisaje de la Sierra de Madrid. Tras la explicación, dimos un ameno paseo disfrutando de la nieve, la vegetación y la fauna de la zona. Vimos líquenes, enebros, pinos silvestres, acebo, halcones y alguna que otra huella de zorro.
Después del paseo, nos trasladamos a un lugar más seco pues no íbamos del todo preparados para pasar el día en la nieve. Fuimos a las dehesas de Valgallego, en el término municipal de Torrelaguna. Tras disfrutar de una tranquila comida al sol donde hubo tiempo para explorar, jugar y correr, dimos un paseo por la ribera del río aprendiendo sobre las encinas y a cruzar pequeños ríos.
Nuestro destino era la ermita de San Vicente, una construcción muy pequeña pero llena de ofrendas que nos hizo reflexionar sobre el respeto y la admiración que debemos tenerle a las personas con una fuerte devoción.
Tanto los alumnos como los tutores regresamos al Colegio habiendo disfrutado enormemente del día y con el corazón y la mente llenos de recuerdos, aunque sin haber visto ninguna seta. Tuvimos la suerte de disfrutar de un día que nos hizo ser más y mejor grupo.
Firmado: Una alumna de 4º de la ESO